Este libro describe cómo su autor, recién a sus sesenta años, tomó conciencia de que era un procrastinador. Descubrió así cómo este hábito disfuncional de postergar los asuntos importantes y favorecer las trivialidades, le hizo difícil, dolorosa y compleja su vida. Este “darse cuenta”, permitió observar dicho fenómeno entre sus estudiantes, colegas y personas de su entorno, llegando a una conclusión sorprendente: la procrastinación no solo alcanza a las personas, sino que también a grandes colectivos, ciudades e incluso países. El estudio que Chacana nos ofrece se enriquece con los aportes de los doctores Steel y Akerlof, el primero con una mirada técnica que incorpora las variables de la impulsividad y la estimación del tiempo para cumplir las tareas y compromisos, y el segundo con su visión catastrófica que considera las consecuencias graves para las personas procrastinadoras tales como la pobreza, mala salud, soledad y las enfermedades en la vejez. Las empresas no están exentas de las consecuencias de este destructivo fenómeno. Se da en forma silenciosa y asoma en incompetencias personales y baja productividad. En los últimos capítulos el autor plantea un modelo para aumentar la disponibilidad y productividad laboral mediante un trabajo conjunto con las personas de la organización.
