El Edificio de Tomás da cuenta de otra realidad importante a revisar por parte de nuestra sociedad: el conocimiento de lo diferente, la colaboración y el cariño. Tomás, hermano de Olivia (protagonista de “El Barrio de Olivia”), se comienza a cuestionar por qué todas las puertas de su edificio son iguales, cuando él entiende que detrás de cada puerta viven familias que son diferentes. Las empieza a visitar y, al entrar a cada departamento, se pone feliz de conocer a cada familia. Él no repara en cómo está conformado cada hogar. Él disfruta de la interacción que cada núcleo familiar tiene con él y todo lo que puede aprender de cada realidad. Debemos ser capaces de enseñarles a nuestros hijos el sentido de la diferencia, el valor de la diversidad. Tomás puede ser cualquier niño, y su edificio cualquier edificio, villa, barrio de nuestro país. Lo único realmente cierto, es que detrás de cada puerta, siempre tendremos una historia para conocer y aprender.