Mediante diálogos directos, la autora capta rápidamente la atención del joven lector, poniendo de relieve valores como el trabajo en equipo, la amistad, el humor y el optimismo. También, logra destacar -sin sesgos ideológicos- el valor de los pueblos indígenas precolombinos. Las referencias a las costumbres del pueblo Ona son fruto de un acucioso trabajo documental que comulga muy bien con la narración de la historia. Un texto ideal para adolescentes que deseen reencontrase con la lectura.