En 1946, en la París de posguerra, el joven poeta Jacques Prevel se encuentra con Antonin Artaud, que acababa de ser liberado del asilo de Rodez, donde había estado internado durante nueve años. A través de Prevel, para quien el contacto y amistad con Artaud toma el carácter de una prolongada iluminación. seguimos los pasos del genial e inquietante escritor, teórico del teatro y del surrealismo, poeta y artista plástico. Prevel no solo se transforma en compañero y discípulo de Artaud -consiguiendo incluso comida y drogas-, sino que al mismo tiempo escribe la novela de su vida, relatando la cotidianeidad de los encuentros con Artaud, que registra y atesora en pequeñas libretas, en cuadernos escolares o en hojas arrancadas, recogiendo al vuelo sus palabras, los textos que él le dicta, las cartas que le lee.