Cuando enfermamos, codificamos una nueva experiencia en la memoria
biológica de la especie, transformamos los tejidos del organismo para
contenerla e integrarla, y organizamos las condiciones para superar el
estado de crisis que esta nueva experiencia ha abierto en nuestra vida.
Precisamente, este estado de crisis —en el que la vida se detiene frente
a una experiencia no integrada—, es el que las enfermedades ayudan a
sanar. Las enfermedades nos curan porque nos cambian la vida. De esta
forma, tanto a través de la evolución de la especie como en el curso del
desarrollo del individuo, la experiencia se convierte en un cuerpo con
cinco leyes biológicas y un sistema compuesto por muchos hilos que se
entrelazan para tejer ese tapiz vivo que, en definitiva, es el organismo
en su proceso vital.
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Obelisco
Katia Bianchi Y Sandra Pellegrino