Yoshiaki Maeda está en una situación difícil. Después de ser acusado de un asesinato que no cometió, es enviado junto a otros jóvenes delincuentes de la región al instituto correccional juvenil Shouran. Yoshiaki no concibe que pueda ocurrirle algo peor que vivir en una prisión dominada por la violencia, hasta que de repente una horda zombie invade las instalaciones y se desata una guerra sin cuartel por la supervivencia.