Henry Chinaski siempre ha estado en pie de guerra, sin bajar la guardia contra el establishment y sus infinitos tentáculos. Pero en Hollywood no le será nada fácil: Jhon Pinchot, un enloquecido director de cine, se empeña en llevar a la pantalla sus relatos de juventud, o sea la autobiografía de un alcoholico empedernido. Chinaski desconfía del proyecto, aunque acepta a regañadientes escribir el guión de la película.