«El país somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio». Lo dijo con todas sus letras a fines del siglo XIX, Eduardo Matte Pérez, bisabuelo de Eliodoro Matte Larraín, una de las fortunas más grandes de Chile al día de hoy, a su vez tío de Bernardo Larraín Matte, protagonista del caso Hidroaysén. Ejemplos de la endogamia de un modelo de poder que considera a nuestro país como un asset personal del que pueden disponer a voluntad influyendo y operando por sobre el Estado, los Gobiernos y las instituciones, desdeñando la democracia y el bien común de los habitantes.
¿Por qué es importante el libro que tiene en sus manos? Porque ayuda a visibilizar esta constante histórica; contribuye a entender pasajes de la vida de nuestro país, que parecen aislados, como partes de dinámicas permanentes. Pero lo más importante es que permite entender cuestiones actuales, haciendo carne una de las funciones más relevantes de la historia: la interpretación del pasado para iluminar los fenómenos de hoy. Comprender el pasado, nuestra memoria, lo que nos ocurrió, permite descifrar el presente y tomar decisiones correctas, entender que las cosas que ocurrieron volverán a ocurrir. (Jorge Baradit).