En el año 2013, Masami Kurumada sorprendió a propios y extraños con el anuncio de un nuevo spin-off de su serie más popular a nivel internacional: Saint Seiya - Los Caballeros del Zodiaco. Esta vez se trataría de un proyecto que se enfocara en jóvenes guerreras del Santuario, quienes cumplirían el rol de guardaespaldas y sirvientas dedicadas exclusivamente a atender a Saori Kido, la Atenea de esta era. Mientras los caballeros de bronce de toda la vida se preparan para el Tor- neo Galáctico, conocemos a la joven Shoko, una chica que va en busca de su hermana mayor Kyoko. Le ha perdido la pista hace más de cinco años, cuando entró en un prestigioso programa de la Fundación Grad (también conocida como Fundación Kido). En esta misión de búsqueda acaba descu- briendo la existencia de las Saintias, unas guerreras que protegen a Atenea y que son un poco distintas a la orden de los Saints (Caballeros). ¿En qué? Mientras que las mujeres que deseen ser parte de los Santos deben dejar toda su feminidad de lado y utilizar máscaras para evidenciar aun más ese detalle, las Saintias no necesitan seguir ese protocolo. De hecho, es un requisito vital que sean mujeres inmaculadas y de grandes habilidades para preservar al máximo la pureza de la diosa virgen. Así se le dio una vuelta de tuerca extra a la historia original, que siempre mostró a los cinco Santos de Bronce (y, bueno, al calvorota de Tatsumi) como los más cercanos e interesados en el bienestar de la joven millonaria. A diferencia del resto de spin-off del manga (Episode G y The Lost Canvas) que se sitúan en otras épocas, otras líneas temporales y hasta en otras dimensiones; esta historia ocurre a la par que el manga original, sacando a la luz historias y motivaciones de varios personajes clásicos. Gracias a esto podremos disfrutar de varios paralelismos y situaciones que transcurren en la historia original, como una especie de bonus track de un antiguo vinilo para coleccionistas.