Por encima de la violencia, la ironía, la maldad y los fenómenos sobrenaturales, el predeterminismo es lo que en verdad rige en estas narraciones donde se sugiere la tesis de que nuestra especie es una creación fallida. Los personajes de Jack Elkyon están con frecuencia a un paso del éxito, pero este resulta siempre evasivo, falso o corrupto. La paradoja del cuento que presta su nombre a este libro es precisamente que la única forma de acabar con una maldición es cumplirla. El ser humana, como engendro maldito, solo puede hallar su razón de ser en su propia ruina.