La autora de Añoranzas culinarias del siglo pasado nos invita a
adentrarnos nuevamente en la vida íntima de los chilenos, para oír
los relatos de más de sesenta personas anónimas cuyos testimonios
de infancia se entrelazan con los de chilenos del mundo de la
cultura. El resultado es un vibrante relato coral poblado de voces
infantiles, un registro de memoria e identidad, y una obra de
sorprendente belleza literaria.