En un rincón olvidado del sur de Chile se encuentra la isla de San Millalobo. Un lugar de tradiciones ancestrales y ritos oscuros, donde el eco de una advertencia resuena en sus laderas: “nadie debe escapar”. Los aldeanos cazan y queman lagartijas para recibir un nuevo año, como parte de un ritual. Pero las escamas no se queman igual que la piel. En el centro de este caos, tres jóvenes descubrirán la verdad. Un horror que sale a la luz, tan inevitable como la peor de las enfermedades. Las bestias regresan con otro tamaño. Los aldeanos se convierten en reptiles. Un apetito voraz se cierne sobre ellos.