En la obra de Emilio Salgari se confunden realidad y ficción a partir de su enorme capacidad de fabulación sobre geografías y ambientes que él solo llegó a conocer a través de las descripciones que sacaba de las bibliotecas en Verona y Turín. Familiarizado con el léxico marino, por sus estudios no finalizados de capitán de gran cabotaje, conseguirá un gran verismo en las numerosas batallas navales de sus libros de aventura. La historia de Sandokán, una de sus creaciones más felices, fue concebid