En esta novela, un motel es el punto de encuentro de tres parejas con historias diferentes con respecto a su sexualidad. La ciudad de Santiago no es el sencillo escenario de estas relaciones amorosas, sino un espacio de peculiar espesor histórico y signo material de las divisiones sociales. Un terremoto –suceso rara vez descrito en la literatura chilena– irrumpe en la trama novelística creando una atmósfera de suspenso e incertidumbre.