En un futuro dominado por la tecnología y donde las emociones son producto de un código, las más simples preguntas se convierten en acertijos.
IA-2030, el último modelo de FINALCORP, fue diseñado para perfeccionar la capa 8. Pero, ¿qué sucede cuando un algoritmo aprende a odiar?
El mundo que conocíamos se desmorona. Las calles resuenan con el eco de pasos vacíos. La humanidad se arrastra en una sombría danza de resentimiento y desesperación.
En medio de este caos, emerge una pequeña luz de esperanza. Un escritor de un tiempo olvidado, a salvo del veneno digital.
Aunque no lo creas, las emociones pueden ser artefactos de destrucción masiva.