En 1926, Federico Santa María Carrera legó su inmensa fortuna para fundar la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) en Valparaíso. Se trataría de una institución sin precedentes, concebida para proporcionar gratuitamente alojamiento, comida, vestuario y educación universitaria a jóvenes de familias pobres, “desvalidos meritorios”, como los definió el propio Santa María en su testamento. Para llevar a cabo este sueño, Santa María nombró a Agustín Edwards Mac-Clure albacea de su legado financiero. Edwards y sus descendientes dirigieron la UTFSM por 40 años, sin respetar los principios planteados por su gestor, sino que, por el contrario, elaboraron y llevaron a cabo un fraude de magnitudes insospechadas, apropiándose de la herencia. Para esconder el desfalco, calculado en 27.000 millones de dólares, se instaló en la opinión pública El Mito que señala que la fortuna heredada disminuía año a año, debido a gastos institucionales y malas inversiones, hasta que, para 1968, se dio por hecho que la fortuna se había extinguido. El Mito ha perdurado por nueve décadas, hasta la publicación de esta investigación, que demuestra que la herencia nunca se perdió, y que, por el contrario, se acrecentó durante décadas. El autor de este libro, Boris Rotman, desnuda el modus operandi de una defraudación impune que significó que Chile perdiera la oportunidad única de contar con una Universidad de excelencia, dedicada a la educación de los más pobres de este país.