Cyrilla cree ver a Abdel dentro de una tienda de zapatos. Mientras lo observa tras la vitrina descubre que no es él, sino un hombre con un gran parecido. Muy confundida sigue su camino, hasta que se encuentra con el verdadero Abdel y su mamá. Ambos van de visita al negocio donde trabaja el padre de Abdel. ¡Así es! Cyrilla había conocido a su suegro sin saberlo y ahora le avergüenza entrar a saludarlo porque de seguro va a reconocer que era ella quien lo observaba desde la vitrina.